A una semana...

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1 semana, 7 días, 168 horas, 10080 minutos y 604800 segundos me quedan para llegar a Oldenburg. En realidad un par (canario!!) de horas menos porque llego allí sobre las 4 de la tarde hora local.

Quedando tan poco tiempo para irme no puedo evitar pensar en la cantidad de cosas que voy a perderme aquí. Porque cuando nos vamos la vida en casa continúa y nos deja atrás. Porque me voy durante un año y en ese tiempo pueden pasar infinidad de cosas.

Con esto de la crisis la ciudad cambia continuamente, tiendas que llevaban toda la vida abiertas cierran y son reemplazadas por comercios nuevos. Algunos de éstos tampoco duran más de dos o tres meses dejando un hueco en la ciudad esperando a ser rellenado.

Las vidas cambian, los niños crecen, las familias se mudan, la gente muere... En definitiva, ¡todo cambia!. Y me perderé cosas importantes. Pensar que cada segundo puede ser el último y que no voy a poder volver atrás después de un año. Que ese rincón favorito de cuando era niña ha desaparecido sin volver a visitarlo una vez más. O descubrir la cantidad de historias que te perdiste por no hablar con esa persona más a menudo y ahora esas oportunidad se ha ido. En todos los grupos de amigos siempre hay alguien que va quedando descolgado. Si te perdiste ese fin de semana de apartamentos y luego no entendiste la mitad de las bromas de tus amigos conoces la sensación. Y me da pena perderme esas bromas y esa experiencia que une más a una amistad que las palabras.

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Habrá cosas que esperaran inmutables a que vuelva, otras me olvidarán, con algunas me sorprenderé y algunas esperarán, pero serán tan distintas, que quizás no las reconozca. Y querré volver atrás, pero no será posible, ¡quien tuviera un giratiempo!

No me considero una persona que se adapte mal a los cambios, ni estoy apegada a mi ciudad, sería feliz en cualquier sitio que reconozca como hogar aunque esté sola. Y creo que estoy a las puertas de una experiencia maravillosa que espero que abra mi mente y me cambie por dentro.

Pero los cambios implican hacerse viejo, nos hacemos mayores, la vida pasa por nosotros y muchas veces nosotros no pasamos por ella. Y me gustaría aprovechar mi última semana aquí. Porque después de un largo viaje siempre nos planteamos lo mismo:

"¿Cómo se retoma el hilo de toda una vida? ¿Cómo seguir adelante, cuando en tu corazón empiezas a entender que no hay regreso posible, que hay cosas que el tiempo no puede enmendar, aquellas que hieren muy dentro, que dejan cicatriz?"

Y escribo esta entrada hoy. Porque hoy no tengo miedo, hoy me siento nostálgica. Porque estoy a una semana de irme y aun no tengo hecha la maleta y está todo en una nube. Porque pienso que aún me quedan días y las horas se escapan como arena entre los dedos. Porque me apetecía desahogarme y escribir. Porque espero que la próxima entrada de este blog sea para hacer sonreír a alguien. Porque hoy me he levantado con ganas de recordar.

Porque me queda una semana para irme